martes, 7 de octubre de 2008

ÚLTIMOS POSTS


LOS PULPS DEL OESTE SEGÚN LAURIE POWERS

Aquí está por fin, en versión castellana de quien escribe cotidianamente en este blog, este soberbio compendio del saber “pulpero” de Laurie Powers en el que la autora pretende, y creo que consigue, congraciarnos con un género, el western, en ocasiones injustamente calificado de menor por algunos especialistas, pero que sin embargo está reclamando urgentemente ser colocado en pie de igualdad con los otros grandes géneros de la literatura popular.


EL CRUCERO DEL HACHÍS

Henry de Monfreid es uno de los personajes más curiosos del siglo XX, a quien con toda razón puede calificarse de extemporáneo, ya que ningún otro occidental de su época –a excepción quizá de Lawrence de Arabia- pudo vivir como él lo hizo, ni creo que hombre alguno se haya atrevido a hacerlo después.





TRAS LAS HUELLAS DEL PULP RESTAURADO

Queridos amigos y seguidores, tengo el gusto de presentaros el e-book titulado TRAS LAS HUELLAS DEL PULP RESTAURADO que contiene las entradas que, hasta la fecha, Acotaciones ha dedicado a la difusión de material pulp preservado y restaurado






EN EL CENTENARIO DE ADVENTURE

Pues si, amigos, la maravillosa Adventure cumple cien años, transcurridos desde que en Noviembre de 1910 se convirtiera en una publicación mensual que obsequió al mundo de los pulps con nada menos que 881 números hasta su desaparición definitiva en abril de 1971.






STRANGE STORIES Y WEIRD TALES

Nos inclinamos hoy por lo extraño, lo raro, lo sobrenatural y lo antinatural, en definitiva por ese subgénero (weird) al que terminara por dar nombre la famosísima Weird Tales. Y comenzamos por un par de números de un magazine verdaderamente extraoridinario de Better Publications: Strange Stories.





POPULAR DETECTIVE, DETECTIVE TALES, TRUE CRIME DETECTIVE Y CRIME FICTION STORIES

Canela en rama, sí señores, lo que nos ofrece este ejemplar devuelto virtualmente a su prístino estado por el Team DPP. No en vano Popular Detective está considerado como uno de los pulp magazines con más pedigree dentro del género, tanto por la calidad de los autores que han pasado por sus páginas como por su longevidad.


WEIRD TALES, THRILLING WONDER STORIES Y GALAXY

Felicitaciones antes que nada a Criss Burg por esta excelente restauración de un soberbio ejemplar de Weird Tales que lleva en portada una deliciosa ilustración de Matt Fox para el relato corto de August Derleth titulado "El Reloj Ormulu", en el que encontraremos un reloj fantástico que recuerda a los sucesos acontecidos al ginebrino Maestro Zacarías relatados por Nuestro Padre Verne.


PULP DIGITALMENTE RESTAURADO

Desde Acotaciones queremos contribuir modestamente a este revival del pulp extranjero y de la novela popular nacional compartiendo nuestro esfuerzo y el de los muchos maestros restauradores de los Estados Unidos y del Canadá que, desde hace algunos años, vienen trabajando en la línea de restaurar pulps digitalmente.





ADVENTURE (92/4 15/06/1935) Y SEA STORIES (18-6 08/1929)

Para acercarse al pulp de aventuras, nada mejor que el número que presentamos del magazine Adventure, calificado por muchos expertos como la revista canónica en la materia. Como consecuencia del éxito alcanzado por Argosy, Adventure nació en 1910 buscando cautivar a un público ansioso por evadirse gracias a la lectura de relatos cuyo contenido rebosaba de exotismo, peligro y coraje.


ASTOUNDING STORIES (18-4, 12/1936) Y ASTOUNDING SCIENCE FICTION (34-3, 011/44)

Presentamos hoy otra de las grandes cabeceras del pulp norteamericano, Astounding Stories, creada en 1930 por William Clayton como competidora de Amazing Stories de Hugo Gernsback y vendida a la Street & Smith en abril de 1933.




UNA PAREJA DE AMAZING STORIES (17-2, 02/1943 y 24-6, 06/50)

Dos maravillas de la admirada Amazing Stories. La primera (scan del amigo Capel) es una entrega gigante de 244 páginas correspondiente al volumen 17 número  2, de febrero de 1943. La cubierta de es de J. Allen St. John, e ilustra la novela de Edgar Rice Burroughs "Skeleton Men from Jupiter", la última de las historias de Barsoom.



NORDHOFF/HALL - REBELIÓN A BORDO

El título o, mejor dicho, los títulos que traemos hoy a colación son los que conforman la trilogía del Motín de la "Bounty", una obra de Charles Nordhoff y James Norman Hall que obtuvo un éxito extraordinario merced a su adaptación cinematográfica, obra de Frank Lloyd, ganadora del óscar a la mejor película en 1936.




GRANDES AVENTURAS Nº 1 - EDITORIAL IBERIA

La pieza que hoy comparto con ustedes (el primer número de la colección "Grandes Aventuras" de la editorial Iberia) es el fruto de un primer y torpe esfuerzo por ofrecer un facsímil digital con un mínimo de calidad, legible y -hasta donde he podido- respetuoso con el original.





THE FRONTIER 5/26 Vol. 4 No.2

Les traigo hoy la que es, por múltiples razones, una preciada joya de colección para el amante del pulp. No es otra que la versión digital completa del número correspondiente a mayo de 1926 de The Frontier, una cabecera de Doubleday que posteriormente pasaría a denominarse Frontier Stories, ya bajo el control de Fiction House.




AMAZING STORIES 4/1926 Vol. 1 No. 1

He aquí una de las piezas más codiciadas de la historia del pulp. Nada menos que el número 1 de la célebre Amazing Stories de Don Hugo Gernsback, maravillosamente escaneada y restaurada por el compañero Ufikus, un precursor en la preservación digital de pulps y verdadero artista en su especialidad, como podrán comprobar quienes sientan curiosidad por hojear este insigne lábaro de la literatura popular universal.


WEIRD TALES 12/37 Vol. 30 No. 6

Hoy presentamos en exclusiva para el público de habla hispana una de las joyas que el amigo Darwination comparte con todos nosotros en el grupo Pulpscans. Nada más y nada menos que un número digitalmente restaurado de Weird Tales correspondiente al mes de diciembre de 1937. Por supuesto completito. No falta una sóla página. La portada es del sacralizado Virgin Finlay, aunque todavía son mejores las ilustraciones interiores ...


Crímenes compilados: "Supercrimen" de Novaro

Bien conocida es, en España como en América Latina, la importante actividad de la mexicana editorial Novaro en el mundo del cómic. En el campo del libro popular y de bolsillo también existen en el universo teletópico distintas muestras de su hacer editorial, eso sí, algo dispersas. (...) Hoy les presento, sin embargo, tres ejemplares de la colección "Supercrimen", rescatados hace poco de un recóndito lugar de la biblioteca.


Tarzán de los monos - Cabalgata desde las antípodas

La edición de bolsillo de Tarzán en Ballantine Books remonta sus orígenes a 1963, año en que apareció por primera vez con cubiertas ilustradas a cargo de Richard Powers. Robert Abbet, Neal Adams, Boris Vallejo y Charles Ren serían algunos de los artistas que continuarían ilustrando las tapas de esta popularísima colección.




Club del Misterio, el penúltimo pulp [LISTA Y PORTADAS]

Arranco aquí la galería de portadas con los diez primeros títulos, del total de 148 que la compusieron, bastante representativos todos ellos de lo que fue Club del Misterio. Una colección que, sin duda, está llamada a perdurar en la memoria de los aficionados y coleccionistas tanto de España como de Ultramar.




Buffalo Bill, el rey de los exploradores (II)

Dejábamos a nuestro cazador Buffalo Bill en la trigésima entrega de sus aventuras, "El gigante misterioso", con la esperanza de retomar el hilo de esta entrada lo antes posible.Aprovechamos esta segunda incursión en las aventuras del Rey de los Exploradores para abordar alguno más de los múltiples aspectos curiosos de la versión impresa de las hazañas del héroe americano.



Buffalo Bill, el rey de los exploradores

En el transcurso de sesenta inigualables cuadernos, con portada en cuatricomía e ilustraciones interiores en blanco y negro, el o los anónimos autores de las aventuras del Rey de los Exploradores nos conducen por las extensas llanuras del salvaje oeste de la mano de una narración trepidante que nada tiene que envidiar a las mejores novelas del género. El gran folletín de Buffalo Bill. No hay que perdérselo.



Autores selectos de la Bibloteca Oro (II): Mark Channing

Llega el turno ahora para Mark Channing, seudónimo de Leopold Aloysius Matthew Jones, autor británico nacido en Kentish Town (Londres) en 1879. Fue el autor de cuatro novelas de aventuras ampliamente difundidas, El Rey Cobra, La montaña envenenada y Nueve vidas, ambientadas en la India, y El Pitón Blanco, situada en el Tibet.


Série Noire (V): Richard S. Prather - Un beau carton

En medio de un par de tediosas excursiones por la mediocridad popular-novelesca, surgió como una perla de su maltrecha aunque nacarada concha, la extraordinaria novela Everybody had a gun, titulada en su versión francesa como Un beau carton (versión castellana, Todos tenían una pistola), joya del entretenimiento económico debida a la soberbia pluma del recientemente fallecido escritor norteamericano Richard S. Prather.


James Hilton - Horizontes perdidos

¿Quién no ha oído alguna vez hablar de Shangri-La, ese edénico valle perdido en medio de las montañas del Tibet, lugar de eterna primavera donde, merced al milagroso efecto de sus cristalinas aguas, la gente apenas envejece? Horizontes perdidos, la novela en la que James Hilton diera vida al ficticio paraíso terrenal, apenas ha sido reeditada desde que Molino la diese a la imprenta por primera vez.


Série Noire (IV): Terry Stewart - La soupe à la grimace

¿Terry Stewart? Suena demasiado anglosajón. Lo cierto es que el autor francés Serge Arcouët no se rompió demasiado la cabeza a la hora de elegir un seudónimo para escribir novelas. Sin embargo, consiguió lo que quería: escribir relatos de lo más hard boiled, siguiendo la estela de los grandes autores norteamericanos como La soupe à la grimace.



Lawrence Block - The Girl with the Long Green Heart


El escritor norteamericano Lawrence Block nos presenta en The Girl with the Long Green Heart, recientemente reeditado en la colección "Hard Case Crime", aunque por desgracia todavía inédito en castellano, a un estafador recién salido de la cárcel que recibe la visita de otro profesional para proponerle un buen negocio. Entonces, una mujer se mezcla en sus asuntos e inevitablemente las cosas empiezan a ir peor...



James M. Cain - El cartero llama dos veces / El estafador


El cartero (siempre) llama dos veces (The Postman Always Ring Twice, Alfred A. Knopf, New York, 1934) destacó desde su publicación por levantar una gran polvareda en los medios literarios y entre los propios lectores. No descubriríamos nada si dijéramos que estamos ante una novela de las que merecen ser leídas no una sino varias veces a lo largo de la vida.


Margaret Millar - Sólo monstruos


Se ha dicho que los relatos de Millar abordan con finura la psicología femenina. Nada más cierto. En Sólo monstruos vemos a una mujer frustrada en el plano moral y sexual que compite su suegra en la conquista del ascendente sobre un marido que se ve obligado a nadar entre dos aguas. La extraña desaparición de éste hará que los odios y los rencores afloren.





James M. Cain - Al final del arco iris ¡NUEVO!

En el plano literario, Al final del arco iris presenta afinidades, por la linealidad y la concreción argumental de la trama con obras de autores coetáneos, como ¿Acaso no matan a los caballos?, de Horace McCoy. El estilo es directo, pero no descarnado, como consecuencia acaso de que esta novela fue escrita en 1975 cuando el género había sufrido ya considerables transformaciones.



Sjöwall y Wahlöo - La habitación cerrada ¡NUEVO!

En la novela que hoy comentamos, el inspector de la sección de homicidios de la policía nacional Martin Beck regresa al trabajo después de una forzosa convalecencia tras haber sido gravemente herido de bala en Un ser abominable, narración que precede en el tiempo La habitación cerrada.



Série Noire (III): William Ard - Journal d'une sauterelle

En Journal d'une sauterelle (The Diary, 1948), de el autor estadounidense William Ard, el atractivo detective Timothy Dane se ve envuelto en una compleja trama político-criminal que gira en torno a la desaparición del diario íntimo de la hija de un potentado que pretende hacer su entrada en la política postulándose para el cargo de gobernador.




Série Noire (II): David Dodge - Le calumet de la guerre

Detectives de ficción ha habido muchos, pero pocos han sido ciertamente los elegidos para ingresar en el panteón de los personajes eternos. En este caso, James "Whit" Whitney, criatura del escritor norteamericano David Dodge, seguramente yace olvidado junto a su inventor en algún rincón del cementerio de la bella ciudad de San Miguel de Allende, en el estado mejicano de Guanajuato.


Horace Mc Coy - ¿Acaso no matan a los caballos?

De esta pulp fiction escrita por el autor norteamericano Horace Mc Coy (1897-1955) se ha dicho en numerosas ocasiones que no se trata sino del relato de un reality show avant la lettre. Sin embargo, esta obra cardinal de la literatura popular norteamericana no es más que una pintura a lo vivo del desgarrador paisaje humano de la "Gran Depresión" que, desde otra perspectiva, abordara John Steinbeck en su obra Las uvas de la ira.


Série Noire (I): Mark Roscoe - Une tartine de déconfiture

Bajo el seudónimo "Mike Roscoe", se esconden en realidad dos investigadores privados, John Roscoe y Mike Russo, que en Une tartine de déconfiture (Slice of Hell, 1954) desarrollan una de las cinco aventuras que constituyen la serie de novelas dedicadas al personaje de Johnny April, detective de Kansas, inspirado en la figura del inmarcesible Mike Hammer.



Autores selectos de la Bibloteca Oro (I): Edgar Wallace

La Biblioteca Oro, de la editorial Molino, inició su andadura en diciembre de 1933 de la mano de uno de los más prolíficos y singulares autores de novelas de misterio, Edgar Wallace. (...) En 1905 publica su primera y más conocida novela, Los cuatro hombres justos (The Four Just Men), iniciando así una exitosa carrera como escritor.


Dos semanas de vacaciones

No nos resistimos a partir, tras este año de estreno en la web en el que tanto hemos aprendido y a lo largo del cual hemos constatado felizmente la existencia de un reducido pero selecto grupo de personas que comparten con nosotros gustos e inclinaciones afines, sin realizar un avance de algunas de las colecciones que se abordarán en la próxima temporada.




Gaspar y Roig: la consolidación del género de aventuras en España

La novela de aventuras tuvo en España su primer período de esplendor en el último cuarto del siglo XIX, con un ligero desfase respecto a otros países. Merced al impulso editorial de un reducido número de libreros e impresores, los mejores títulos de autores ingleses, franceses y norteamericanos comenzaron a llegar a nuestro país, generalmente en forma de cuadernos por entregas de reducido precio.



Devotos de un arte menor

(...) "A los ojos de mi imaginación, vosotros, como yo, no sois sino perpetuos adoradores del papel amarillento y del celuloide descolorido, traperos de la estética de a diez céntimos, fanáticos del estereotipo gastado, vindicadores de la incongruencia y de la exageración, devotos de todo arte menor que se os ponga por delante."



La más grande: "Biblioteca Oro" de la editorial Molino [LISTA Y PORTADAS] AÑADIDOS 2ª SERIE NOS. 312 A 326 y 327 a 344 AÑADIDO ORO ROJA NO. 1

Hasta la forzosa salida de España de Molino a causa de la guerra, la “Biblioteca Oro” constó en España de tres series numeradas independientemente e identificadas cada una de ellas por un color propio. Así, desde 1933 a 1936 (1934 a 1936 para la serie roja), la “Biblioteca Oro” ofrecía al lector, primero decenal y, más tarde, semanalmente, tres títulos a la vez.


Biblioteca Ilustrada deGaspar y Roig: obras del Capitán Mayne Reid

"La colección de las obras del capitán Mayne-Reid, se publica en la misma forma que las de Julio Verne y las de Laboulaye, y también ilustradas con muy buenos é interesantes grabados. El precio de cada obra será de 4 rs. en Madrid encuadernada á la rústica."






Don Pablo Molino y el secreto de la eterna Juventud

¡Qué sería de nosotros sin el legado imperecedero de Don Pablo Molino! En está entrada se exploran sus comienzos dentro de la editorial Juventud, su salida de la misma y las razones que le llevaron a crear la famosa "Biblioteca Oro" y la "Colección Molino", con las que se daría carta de naturaleza definitiva a la novela popular española.



Extravagancias de un lunático: Harry Stephen Keeler

¿La de Harry Stephen Keeler es la obra de un autor extravagante o de un loco genial? Desisto de hacerme esta pregunta, que muchos aficionados plantean. Me conformo con disfrutar del nuevo y, a buen seguro, gratificante reto de conseguir otra novela de este magnífico autor, como "La cara del hombre de Saturno".



Julio Verne - Aventuras de tres rusos y tres ingleses en el África austral (1872)

Si me hubiera dejado llevar exclusivamente por mi admiración haia el egregio maestro de la aventura, nunca hubiera elegido "Aventuras de tres rusos y tres ingleses en el África Austral" para comenzar una hipotética serie sobre el autor, ya que es uno de los Viajes Extraordinarios que en menor medida hace honor a dicho apelativo, aunque no deja de aportar referencias útiles al lector contemporáneo.


La primera serie de la "Colección Molino": la selección de las masas [LISTA Y PORTADAS] RENOVADO NO. 3 Y AÑADIDOS NOS. 36 Y 37

La Colección Molino constituyó la colección de referencia para una generación de jóvenes lectores situados a caballo entre la pre y la postguerra, quienes disfrutarían de las mejores obras de los maestros de la aventura en un formato moderno para la época, engalanado con la obra de dibujantes que hoy forman parte de la historia de la ilustración popular en nuestro país.


La segunda serie de la "Colección Molino": el fin de una época [LISTA Y PORTADAS]

Enmarcada dentro de una cierta continuidad con la "Colección Molino" original, la segunda serie no se limita a operar meros cambios cosméticos respecto a su predecesora pues Molino ofrecía al lector muchos de los títulos pertenecientes a su fondo editorial que no habían sido publicados en España.




"Colección Amarilla" de la editorial Maucci [LISTA Y PORTADAS]
La "Colección Amarilla" de la Editorial Maucci estuvo dedicada íntegramente a relatos policíacos y de misterio en la que se mezclan títulos "antiguos", como los de Edgar Wallace o Wilkie Collins, con otros autores contemporáneos, muchos de ellos de escritores italianos tales como Giorgio Scerbanenco o Ezio d'Errico.




"Viajes y Aventuras" de la editorial Maucci [LISTA Y PORTADAS] AÑADIDAS CUATRO NUEVAS PORTADAS
"Viajes y Aventuras" arranca basándose en los fondos de preguerra de la editorial Maucci. Muy destacadamente Salgari y, en menor medida, Motta, conforman casi las dos terceras partes de la colección. El resto se nutre de autores bien conocidos, como Fenimore Cooper, Mayne Reid o Stevenson, junto con western de autores norteamericanos.



Un viaje alrededor del globo (F. Granada y Cía.)

Este "Viaje alrededor del globo" ¿es una obra original o un simple pastiche? Tiene toda la pinta de ser lo segundo. Dejo a los doctores en la materia que andan por ahí que nos ilustren al respecto.








Montbars el pirata [LISTA Y PORTADAS] RESTAURADO LINK A PORTADAS

Como consecuencia del lamentable incidente que, a principios de 2009, provocó el borrado de todo mi blog, la reseña de estos cuadernos se perdió. Tengo como tarea pendiente redactar otra, si es posible, más documentada que aquélla. Hasta entonces, disfruten con las portadas.





"El tigre de la Malasia" (Salgari-Motta, Editorial Iberia)

La editorial Iberia publicó estos cuadernos titulados "El tigre de la Malasia", en los que se presenta en forma de serial uno de los títulos que Luigi Motta asoció al nombre de su dilecto maestro Emilio Salgari. El autor no es otro que el escritor de Bussolengo quien, con la complicidad de Sonzogno y otros editores poco escrupulosos, sobrepasó con creces la delgada línea del plagio.



Obras del Capitán Luigi Motta [LISTA Y PORTADAS] [RESEÑAS HISTÓRICAS] ¡ACTUALIZADO!
Las obras de Luigi Motta fueron publicadas por Maucci entre 1925 y 1928, en formato 14 x 25 con tapas tanto duras como blandas. Más tarde, probablemente a mediados de los años cuarenta se incorporaron algunos títulos a la colección popular “Viajes y Aventuras” de esta editorial, que mantuvo su publicación hasta algunos años después de la guerra civil.

miércoles, 16 de abril de 2008

PIERRE BENOIT, GRAN MAESTRO DE LA AVENTURA

Tengo la costumbre, cuando ello está a mi alcance y el interés del relato es suficiente, de leer seguidas tres o cuatro obras de un mismo autor. Esto tiene la virtud de proporcionarme una visión de conjunto de su trabajo, al tiempo que me permite observar las características y evolución de su estilo. No encuentro otro inconveniente en esta práctica -que, por otra parte, imagino ha de ser bastante común entre lectores inveterados- sino que ello obliga a aplazar durante algún tiempo otras lecturas igualmente interesantes. Correspondió esta vez salir del letargo de las estanterías a cuatro novelas de Pierre Benoit, autor francés muy popular en su época que hoy apenas se reimprime a pesar de traerse frecuentemente como ejemplo de buen uso de la gramática francesa. Su obra se enmarca netamente dentro del género de la novela de aventuras, con escasas incursiones en otros terrenos, como la novela introspectiva. Uno de sus relatos más conocidos es, probablemente, La châtelaine du Liban (La castellana del Líbano) publicada en 1924, novela que, junto con Le soleil de minuit (El sol de medianoche) de 1930, Le désert du Gobi (El desierto de Gobi) de 1941 y L'Atlantide (La Atlántida) su segunda novela, aparecida en 1919, formaron el cuarteto de integrantes de la lectura non-stop, escritos por el autor al que consagro esta “Acotación”.

La obra de Benoit constituye, en su conjunto, una contribución de primer orden al género de la novela de aventuras. Situada en el máximo nivel, tanto por su dominio de la técnica argumental como por la calidad de sus personajes y la pureza de su estilo, su producción dista mucho de poder ser asimilada a la de la mayoría de los autores convencionalmente integrados bajo esa etiqueta. Llama la atención, no obstante, que sus personajes femeninos, los cuales le proporcionaron justa fama, compartan rasgos con muchas de las heroínas del pulp y la novela popular. Sus mujeres tienen mucho de la femme fatale que usando sus encantos arrastra a la perdición al héroe viril, pero en último extremo vulnerable, merced a la labor de seducción más o menos sutil a que se le somete. Aún más, ciertos personajes femeninos pueden ser considerados literalmente como "vampiresas". Es el caso de la protagonista de La Atlántida, Antinéa, cuyos amantes terminan por morir horriblemente para ser, más tarde, recubiertos de oro y convertidos en piezas originales de una extraña colección. No obstante, en la mayoría de los casos habría que matizar el calificativo, introduciendo el concepto de “dulces vampiresas”, por cuanto el erotismo que subyace al relato de Benoit se presenta al lector de manera exquisitamente correcta, circunstancia que explica en gran medida el extraordinario éxito de ventas que tuvo a lo largo de su prolongada carrera de escritor.

Nacido en Albi en 1886, Benoit pasa los años de infancia y buena parte de su juventud en el África francesa, primero en Túnez y más tarde en Argelia. Es muy probable pues que el exotismo de los escenarios africanos quedara pronto impregnado en la retina del autor que, años más tarde, los utilizaría como telón de fondo de algunas de sus novelas. De regreso a Francia, cursa estudios de Letras y Derecho, simultáneamente, en Montpellier. El Mediodía, tierra singular por muchas razones en el contexto de la unidad de Francia, ejercerá asimismo una fuerte influencia en la obra furtura del joven escritor. Participa en la Gran Guerra, cayendo gravemente enfermo tras la batalla de Charleroi. Tras varios meses en el hospital, es desmovilizado. La conclusión del armisticio marca una nueva etapa en la vida de Benoit, quien tras el reencuentro con algunos amigos del mundo de las letras (Francis Carco, Roland Dorgèles, Pierre McOrlan), escribe y publica en 1918 Koenigsmark, su priera novela, que tendrá un gran acogida por parte del público lector de postguerra. En 1920, la aparición de La Atlántida, le consagrará como uno de los autores de mayor éxito del momento. Desde entonces hasta 1962, fecha de su muerte, publicará cuarenta novelas, todas ellas en la editorial Albin Michel. A lo largo de dos etapas de su vida, que preceden y suceden, respectivamente, a la segunda postguerra, Pierre Benoit ejerció como reportero internacional por cuenta de diversos periódicos, lo que le permitió no solo visitar países de todo el globo sino también entrevistar a personajes de enorme trascendencia histórica como Mustafá Kemal, Benito Mussolini, Haile Selassie, Hermann Goering o Antonio Oliveira Salzar. Muchos de sus viajes están reflejados en su obra, caracterizada por un desarrollo de la acción en el marco de la lucha más o menos velada de las metrópolis europeas por la preponderancia colonial, entre las cuales Francia, por mor y gracia de la pluma del autor, se ve exaltada como paradigma de los valores de la amistad y la concordia, particularmente en lo que hace al trato humano procurado al elemento indígena de la colonia por los franceses metropolitanos.

Un acontecimiento triste, además de injusto, vendrá a marcar la etapa de madurez del autor: su internamiento en la prisión de Fresnes durante seis meses, seguido de su inclusión en las listas de intelectuales colaboracionistas elaborada por los elementos de la depuración (al frente de ellos, Elsa Triolet). En efecto, a pesar de haber rechazado ofrecimientos por parte del gobierno de Vichy, como el de asumir el puesto de director del Teatro Francés, Pierre Benoit engrosará la amplia lista de artistas, escritores e intelectuales represaliados por el régimen filocomunista de la postguerra, aunque probablemente el bajo perfil político de su conducta personal y de su obra le evitará acompañar en el infortunio del exilio a otros grandes escritores franceses, como Céline, o pagar con su vida el haber expresado con vehemencia opiniones, por muy erradas que fueran éstas, como le sucedió a Robert Brasillach. El autor que consagró buena parte de su actividad como escritor a ofrecer una nueva versión del papel de la femme fatale en el género de aventuras fue, sin embargo, el protagonista de un matrimonio tardío. En 1947 contrae nupcias con una señora de la burguesía de provincias, Marcelle, que fallecerá en 1960. Incapaz de reponerse a la pérdida de su compañera, rinde homenaje a su amor otoñal con la publicación en 1961 de Les amours mortes (Los amores muertos), poco antes de su propia muerte, acaecida en 1962.


Para saber más sobre Pierre Benoit FR

Intersante link sobre La Atlántida EN

lunes, 31 de marzo de 2008

BAIKOV, VICKERS, DÉCARREAUX, OSBORNE, FINLEY

Nicolás Baikov, Cacerías en la taiga de Manchuria, Mateu, Barcelona, 1963

Agrada leer las aventuras de este cazador de tigres ruso al acecho del Gran Van, el rey de la taiga Manchú.

Roy Vickers, Service des affaires classées I et II, Le Livre de Poche, Paris, 1962

Un clásico del relato policíaco. Muy frecuentes las historias de criminales que cometen parricidio para cobrar un seguro convenientemente puesto con antelación a nombre del cónyuge supérstite. La casualidad termina haciendo reabrir los expedientes archivados y acaba llevando al criminal a la horca. Entretenido.


Jean Décarreaux, Les moines et la civilisation en occident. Des invasions à Charlemagne, Arthaud, Paris, 1962

Definitivamente, el libro más importante nunca escrito sobre un tema de absoluta actualidad histórica. Cuando los fundamentos del mundo occidental comienzan a tambalearse es preciso acudir a los orígenes. Nada mejor que hacerlo de la mano del benedicitino Jean Décarreaux.

Robin Osborne, La formación de Grecia 1200-479 a.c., Crítica, Barcelona, 1998

Magnífico enfoque de conjunto sobre el período, absolutamente indispensable para el que se aproxima a la Edad Oscura y los primeros siglos de la Grecia Clásica. Si te gusta la historia, pero no la arqueología, aquí te vas a aficionar.

M.I. Finley, La Grecia primitiva. Edad del Bronce y Era Arcaica, Crítica, Barcelona, 1987

Un buen prolegómeno al libro de Osborne. De la noche de los tiempos a los albores de la cultura occidental.

sábado, 29 de marzo de 2008

“FIAT ARS, PEREAS MODES”. SOBRE EL USO DE LA PIPA Y DE LA COSTUMBRE DE FUMAR EN ELLA

Fumar en pipa ha sido desde sus inicios una actividad sujeta, como tantas otras, a los caprichosos vaivenes de la moda, cuyo último período de auge se inicia en la década de los años sesenta y concluye en la primera mitad de los setenta. De acuerdo con mis informaciones, procedentes nada menos que de Nueva York, uno de los centros mundiales de la moda, la última tendencia marca un retorno al gusto por las cosas de los seventies, incluyéndose entre ellas la pipa, como objeto que vendría a completar una estética vintage en la moda masculina. Ésto podría constituir, a primera vista, un motivo de alegría para el fumador de pipa habitual, ajeno a la tiranía de los petronios del mundo actual, pues a medida que el interés por el objeto fuese creciendo, podría irse colmando el anhelo imposible de ver incrementado el respeto público y privado por el ciudadano en su condición de fumador. Sin embargo, este renovado interés por la pipa también podría ser causa de nuevos males, como su consideración como objeto menor, al incluirse entre los complementos o accesorios propios del hombre a la moda, reduciéndose de esta manera la visión de la misma al mero apartado estético. En cualquier caso, es de suponer que dicha incipiente boga no pase de ser algo efímero (la moda lo es, por definición) y la mayoría sabemos que el auténtico amor por la pipa consiste, precisamente, en todo lo contrario: una gran pipa, cualesquiera que sean las razones que nos lleven a cada uno de nosotros a considerarla como tal, es a la vez un dignísimo objeto y un ingenioso utensilio que posee una clara vocación de permanencia.

Permanencia. Casi con toda seguridad, este es el deseo de todo buen fumador de pipa. No conozco a ninguno que no se haya lamentado a lo largo de su vida del daño o desperfecto irreparables causados a una de sus pipas favoritas (particularmente en las de espuma de mar). No menciono siquiera su extravío, auténtico drama que solo puede aliviar, nunca compensar, el disfrute y conservación de las que por fortuna aún quedan a buen recaudo. Todos queremos mantener en nuestro gabinete aquéllas que, por su rendimiento como fumadoras, han retribuido con creces nuestra inversión inicial, sea esta cual fuere. Por su parte, el factor sentimental no es, creo yo, tampoco desdeñable, de manera que acaso también se incluyan esas otras que nos traen a la memoria momentos, hechos o personas dignos de recordación.

Ocurre exactamente lo contrario con algunas pipas, en ocasiones demasiadas, que desde el primer momento no nos proporcionaron placer, objeto último del fumar, antes bien nos ocasionaron profundo malestar, ya sea en forma de fastidiosa y perjudicial irritación de la boca y de la lengua debida a la impropia combustión de la materia vegetal, aceites y otras sustancias propias de la planta del tabaco (excluyo de manera expresa los añadidos artificiales, dicho sea con el máximo respeto por los aficionados a
los tabacos aromatizados, que no de los aromáticos), ya sea como consecuencia de las pestilentes tufaradas que nos asfixian a pesar de que nos tomemos una y otra vez la molestia de rellenarlas con nuestras mejores mezclas, o bien a causa del desagrado general que produce una pipa cuya madera eleva su temperatura al ser encendida hasta niveles poco aconsejables, a veces, incluso, insoportables. Todas éstas suelen ir, aunque solo sea por evitar que otros puedan pasar por el mismo calvario, directamente a la basura. Me refiero exclusivamente, claro está, a pipas que no se hallen defectuosas, que presenten un mínimo de calidad y que hayan sido convenientemente culotadas (el cómo y el cuándo lo dejo a la voluntad, tino y experiencia de cada uno, aunque tengo algunas -realmente pocas- convicciones sobre el particular). Finalmente, nos encontramos con la cohorte, en mayor o menor medida amplia, de pipas que ni fu ni fa, es decir, que sin que el contacto con ellas sea del todo desagradable, termina por ser ocasional (aquí vendría como de molde un paralelismo entre este hecho y determinadas circunstancias propias de las relaciones humanas que, no obstante, refreno en aras de la circunspección y el buen gusto debidos al público lector). El destino de éstas (hablo de las pipas, por supuesto) es mas bien triste, pues suelen terminar solas y aburridas en un rincón del gabinete, constituyéndose muchas veces en serias candidatas a abandonar su plaza con destino, si no al innoble cubo de los desperdicios, como sucede con el primer grupo, al menos a las listas de “e-bay” o de “TC” donde algún atrevido o sabio fumador (o ambas cosas a la vez, ¿porqué no?) les conceda su confianza para intentar iniciar, ¿quién sabe?, una nueva vida.

No soy un experto en cuestiones de moda. Tampoco lo soy en asuntos relacionados con la pipa y su historia, aunque como curioso me he ocupado de indagar algo sobre el particular. Por ello, en mi calidad de simple aficionado a fumar en pipa que presenta, probablemente, más
afinidades que disimilitudes con el resto de fumadores que en el mundo han sido, son y serán (esto último no es más que un desideratum a la vista de la persecución que sufrimos), no puedo aventurar qué va a ocurrir de aquí a unos meses o años con la pipa y su entorno. Sin embargo, de lo que estoy completamente seguro es de la superioridad de la pipa sobre muchos otros objetos y utensilios diseñados por el hombre. Ello no quiere decir que yo sea partidario de sacralizarla, pero tampoco de cosificarla en exceso. Sacralizarla implicaría convertirla en un objeto de y para el culto, encerrada en las vitrinas, en lugar de utilizarla como un utensilio, sencillo y complejo a un tiempo, destinada a acompañar al hombre en sus trabajos y sus días, muy fundamentalmente en sus ratos de asueto. Cosificarla conllevaría una progresivo abandono del ritual de fumar y con ello de su riqueza cultural y de los beneficios emocionales que de fumar en pipa se derivan, al tiempo que forzaría a los artesanos y fabricantes a realizar objetos seguramente eficientes, pero no bellos e inesperados como muchos de los que ahora tenemos. La técnica se impondría al capricho, la razón a la emoción, el sentido común a la aventura... ¡qué lastima!

En sus comienzos (¿dónde?, ¿cuándo? ¿quién?) la pipa debió ser un objeto cuasi sagrado o, al menos, eso es lo que me gusta pensar a mí. Pebeteros animados por el hálito del rey de la creación, su humareda transportaba al ser a otro plano, más cerca de los dioses: propiciaba la caza, sanaba al enfermo, anunciaba el futuro, sellaba la paz. Aunque también es probable que las primeras pipas, toscos -aunque ingeniosos- instrumentos hechos de asta de ciervo o caña hueca, tuvieran como objeto –al igual que hoy- proporcionar al hombre serenidad y euforia, alternativamente, en función del tipo de hierba, planta o mejunje chamuscado que estuviera aspirando o inhalando. ¿Es que nadie se imagina a un hombre de las cavernas ebrio o sedado según la ocasión? Es probable, en todo caso, que nuestro antecesor no conociera hasta muy avanzados los siglos las ventajas de la pipa portátil, tal como la conocemos ahora. Seguramente, se servía del cuerno o cañuto como simple transmisor del humo ardiente generado por las sustancias en combustión dentro de la hoguera a propósito encendida. Eso es lo que todavía hacen hoy muchos fumadores en determinadas partes de África, Asia y América, ya sea inhalando por la nariz o aspirando por la boca. Entre los maravillosos descubrimientos que los primeros españoles en América hicieron está el del uso del tabaco portátil o cigarro que todavía hoy pervive, proporcionando satisfacción a millones de fumadores en el mundo, además de a los accionistas de Altadis (antes Tabacalera Española, ahora British American Tobacco). Aparte de esos cañutos confeccionados por diestros artífices antillanos con las hojas enrolladas de la planta que ellos llamaban cohiba o cojiba, que tanto sorprendieron a los primeros descubridores al verles echar tufaradas por nariz y boca, la historia americana está cuajada de referencias a diferentes artefactos utilizados por los indígenas para embriagarse con el perfume del tabaco y otras plantas aromáticas. ¡Qué sería del chamán sin su gastada pipa, a través de cuyo humo puede ver en el rostro del interlocutor su pasado y su futuro con los ojos de la mente!

Una vez llegadas a Europa de la mano de los españoles las primeras noticias de las Indias y la planta del tabaco (junto con los primeros indígenas y, es de suponer, pertrechados de sus pipas) fumar se debería haber puesto de moda.... ¡pues no! Habrá que esperar a que los portugueses comienzen a
utilizarlas y a que los británicos se aproximen al continente para que, merced a su instinto comercial, en la corte de San Jaime no se desee otra cosa que consumir tabaco. Hombres, mujeres y niños perecían por este género exótico y lo consumían a toda hora, principalmente en forma de rapé, palabra procedente del francés, ya que en Francia, al igual que en otros países europeos, parece ser que el tabaco también hizo una entrada fulgurante. Los escoceses se colocaron pronto a la cabeza de los más devotos consumidores de tabaco, rapé, por supuesto, pero también en hebra preparada para ser quemada en el hornillo de bonitas e ingeniosas pipas hechas de arcilla blanca. En el siglo XVII ya el tabaco estaba francamente de moda en buena parte de Europa. Británicos, holandeses, franceses, húngaros, rusos y sin duda... algunos españoles se convirtieron en devotos del tabaco, aspirándolo de la cazoleta de sus pipas una vez enfriado su ardor primigenio gracias al efecto de difusión generado por las largas cañas (a veces, no tan largas, pues a medida que este artefacto se rompía por su parte más frágil, muchos -particularmente marinos sin grandes reservas de pipas nuevas en sus largos viajes, seguían chupando a escasos centímetros del hornillo- ¡...algo que sin duda demuestra que sus bocas y lenguas debían de estar hechas a prueba de bomba!) Desde los mas encopetados salones hasta la más ínfecta morada, aspirar tabaco se convirtió en un timbre de buen gusto (puro efecto de adicción a la nicotina..., dirán los cultos adversarios, aficionados muchos de ellos a llevar hasta el final sus argumentos a trueque casi siempre de malinterpretar o reinventar la historia a su capricho). Obviamente, los más pudientes se hacían con el mejor tabaco (al igual que disponían del mejor té o del mejor cacao) y los menos afortunados se conformaban con el de peor clase. Pero, quién más quién menos, llevaba en los bolsillos de su chaleco sus buenas hebras o su tanto de polvo de tabaco. El uso del tabaco, más allá de la moda, estaba definitivamente instalado en la cultura occidental. Y lo hacía para quedarse.