¡NUEVO! BIBLIOTECA ORO ROJA nº 27, COLECCIÓN MOLINO (I) nos. 19 y 23, MAUCCI VIAJES Y AVENTURAS nº 6

"COLECCIÓN AMARILLA" DE LA EDITORIAL MAUCCI

En la entrada dedicada a la colección "Viajes y Aventuras" de la editorial Maucci, hacíamos referencia a otras colecciones de la editorial publicadas en la postguerra. Entre ellas, la "Colección Amarilla", dedicada íntegramente a relatos policíacos y de misterio en la que se mezclan títulos "antiguos", como los de Edgar Wallace o Wilkie Collins, con otros de autores contemporáneos a la colección, muchos de ellos de escritores italianos que han perdurado como maestros del género, tales como Giorgio Scerbanenco o Ezio d'Errico.

El origen de la colección ha de buscarse en la adquisición por parte de Maucci de derechos sobre algunas de las novelas publicadas en Italia por Mondadori, dentro de la célebre colección "I Libri Gialli" ("Los Libros Amarillos")iniciada en 1929 y concluida en 1941, una colección que experimentaría, dado su inmenso éxito en el país transalpino, múltiples declinaciones por parte de la célebre editorial. Las más importantes son "Il Supergiallo", publicada en distintas ediciones desde 1932 hasta 1941 y los "Gialli Economici Mondadori",de 1933 a 1942. Enseguida surgieron émulos de Mondadori con colecciones realizadas por otros editores, Nerbini, Garzani, Pagotto o Ponzoni, entre otros. "Los libros Amarillos", ofrecerá al lector italiano a lo largo de una década lo mejor de la literatura detectivesca, ya
que Mondadori se hizo con los derechos de la auténtica "crema del crimen". Ellery Queen, Simenon, Agatha Christie, Edgar Wallace, S.S. Van Dine, Erle Stanley Gardner, Rex Stout, y un sinfín de autores de primer nivel formaron parte del selecto elenco de maestros incluidos en la colección, que llegaría a su fin con el número 266.

Más arriba decíamos que Maucci se había hecho con los derechos de tan solo algunas de las novelas publicadas en la colección de Mondadori. La razón no es otra sino que los mencionados derechos ya estaban transferidos con exclusividad a otras editoriales españolas. Es el caso de Agatha Christie, Erle Stanley Gardner o Mignon Eberhart, autores, entre otros, cuyos derechos estaban cedidos a Molino. Simenon, por el contrario, pertenecía en aquella época a Hymsa, excepción hecha de sus primeras novelas (particularmente del género de aventuras), que fueron publicadas en España por Iberia en la selecta colección "La Novela de Aventuras". Sin embargo, cabe señalar como
curiosidad que la titularidad de los derechos sobre algunas de las obras de autores transalpinos pertenecientes a la "cuadra" de Mondadori, no debía estar demasiado clara, ya que, por ejemplo, tanto Maucci como Molino publicarían la novela de Ezio d'Errico titulada "El cuarenta y tres-seis-seis, no contesta", apareciendo en la "Colección Amarilla" con el número 38 y en la "Biblioteca Oro" con el número 249.

El color amarillo dominante en las portadas de la colección italiana, había sido ya fuente de inspiración para Molino, que lo utilizó como seña de identidad de la que ha sido probablemente la colección más importante de la historia de la novela popular española en el siglo XX. Algunos otros editores españoles, también se apuntaron a la "moda italiana" del detectivesco amarillo, aunque no siempre en colecciones exclusivas del género. Es el caso de la editorial Hispano Americana, que en su colección "La Novela Quincenal", publicada a principios de los cuarenta, utilizó en sus portadas el amarillo, a veces muy pálido, a pesar de que no todos los títulos de la colección pueden ser considerados como pertenecientes al género policíaco, detectivesco o de misterio. Ya bien entrados en los cuarenta, Saénz de Jubera, en un desesperado
intento por reverdecer sus laureles como editorial estandarte de Verne en España, lanzó una colección, en formato popular con títulos agotados en el formato de cuadernillo, cuya portada presentaba como color dominante el amarillo.

No existen referencias en los ejemplares a la fecha de edición. No obstante, de acuerdo con el autorizado criterio de Jorge Tarancón, Maucci abrió la colección en 1941 con "Enderton y el delito imposible", de Norman Charger, para concluir en 1945 con el número 51, "El misterio del pantano de Hallan" de C. Hedley Baker. Una colección inspirada por otra del mismo nombre, de procedencia Mondadori, "Las Novelas de la Palma", venía solapándose con la "Colección Amarilla
" desde 1943, constituyéndose en el único producto de Maucci dentro del género tras la cancelación de esta última.

La "Colección Amarilla
" de Maucci, enmarca la ilustración de portada en un círculo, característico de las reediciones que comenzaron a aparecer en 1932, ya que en la primera edición de "I Libri Gialli" la ilustración se hallaba encerrada en un polígono, concretamente un héxágono. Las ilustraciones de Maucci, están inspiradas en las de Mondadori, pero no coinciden exactamente. Por la firma que aparece en algunas de ellas, parece que, al menos durante algún tiempo, D. Nadal y E. Vicente se encargaron de realizar las copias o interpretaciones de las ilustraciones originales de las portadas italianas.

La paginación de la "Colección Amarilla
" es diversa, ajustándose a la extension de la novela, sin recurrir a la técnica, utilizada por Molino a partir de 1941 consistente en incluir suplementos para aprovechar los pliegos en su totalidad. El texto aparece a dos columnas, sin ilustraciones, y la calidad del papel, siempre de pulpa, puede considerarse aceptable, a tenor del estado en el que se encuentran los ejemplares en la actualidad. El precio facial, enmarcado en un rombo, era de tres pesetas en los primeros números, para pasar en el número 23 a tres cincuenta, y en el siguiente a cuatro pesetas, precio en el que se mantuvo hasta el final. Algunos números, de mayor paginación, fueron calificados como extraordinarios (Ellery Queen, "El misterio del ataúd griego", Sax Rohmer, "La isla de Fu-Manchú", Giorgio Scerbanenco, "La muñeca ciega") y costaban cinco pesetas. Es relativamente frecuente encontrar ejemplares con sobrecarga en el precio, al igual que en la colección hermana "Viajes y Aventuras", llegando a venderse hasta por diez pesetas, lo que nos hace presumir que Maucci dispuso de remanentes durante bastante tiempo después de que se cerrara la colección.

Amarillo, en el contexto de la novela popular en Italia, es sinónimo de intriga y misterio. El color amarillo, evoca inmediatamente en nuestro país la inmarcesible obra de Molino: la "Biblioteca Oro". Los colores jugaron un papel de primer orden en la estrategia comercial de las editoriales especializadas en la novela popular. Utilizados como una manera sencilla de diferenciar colecciones propias, el éxito de algunas de ellas incitó a la competencia a emular su suceso merced a la adopción del mismo color. La fabulosa revista americana "Blue Book", marcó para siempre de azul a la novela del género de aventuras. "I Libri Gialli", de Mondadori, hizo otro tanto en Europa, para la novela detectivesca. El color de la portada marca una fuerte impronta en la memoria del lector. En sentido figurado el color ha servido también para denominar a géneros enteros, recuerden la novela "rosa" ("blanca" en otros países). Recurso inteligente y, a veces, vecino de lo fraudulento, imitar un color utilizado en la portada de las grandes publicaciones pudo durante algún tiempo contribuir a aumentar las ventas de algunos editores poco originales. Con el paso de los años, todos sabemos que es la calidad de los autores, de los ilustradores y de la edición en su conjunto la que determina que una colección merezca un lugar de privilegio en la historia de la novela popular.

© Acotaciones, 2009


2 comentarios:

El Abuelito dijo...

... poder leer estos artículos es placer inmenso que debemos a usted y a la era atómica en que vivimos, que nos facilita poder hacer estas cosas que antaño una vez cada dos o tres años podíamos escudriñar a través de agún fanzine de corta existencia y difícil localización... qué grande es vivir aquí en el siglo XXI, y poder tener la cabeza unos cuantos años más atrás, atrapada por las fantasías añejas que tanto alivio proporcionan!

E. Martínez dijo...

Sus palabras, Abuelito, me alientan a seguir con ésto y, sobre todo, a tratar de mejorar. Cada cual busca algo distinto en el pasado. Yo soy -usted es-, lo ha descrito muy bien, de los que buscan encontrarse a si mismos en las amables y polvorientas fantasías del tiempo pretérito.