Margaret Millar, Sólo Monstruos, Col. "El Séptimo Círculo" nº 236, Compañía Impresora Argentina (Emecé), Buenos Aires, 1971 (trad. de Marta Isabel Gustavino)
La lectura de un libro es, con frecuencia, producto de un hecho fortuito. Uno echa un vistazo a los anaqueles de la biblioteca en busca del tipo de narración que la situación requiere y, si tiene suerte, la encuentra. La novela policíaca y de misterio suele ser la preferida de quienes van a acostarse y no piensan madrugar mucho, pues recorren sus páginas con el íntimo anhelo de que la intriga les transporte con ligereza lo más lejos posible. Tal sucedió la velada en que discretamente alojados en una de las andanas más próximas al suelo aparecieron unos ejemplares de la venerable y

venerada colección argentina "El Séptimo Círculo", creada a mediados de los cuarenta del siglo pasado por Jorge Luis Borges y Alfredo Bioy Casares.
Cubierta de un ejemplar de la primera edición de Beyond this Point are Monsters (1970). Destaca el aire pop de la ilustración, muy propio de la época, evocador de ideas y escenarios que poco tienen que ver sin embargo con los recogidos en la narración
Así fue como terminé enfrascado en la lectura de
Sólo monstruos (
Beyond this Point are Monsters, Random House, New York, 1970), que más tarde fuera reimpresa en castellano bajo el título de
Más allá hay monstruos (Col. "Club del Misterio" nº 34, Bruguera, Barcelona, 1981), una novela que, desde el principio, atrajo mi atención por el entorno en que se desarrolla el comienzo de la acción. Los empleados del rancho
Yerba Buena, situado al sur de California, en las proximidades de la frontera mexicana, buscan afanosamente al desaparecido propietario del mismo en el fondo de una de las balsas de riego. A medida que se avanza en la lectura, ahondar en las complejas relaciones personales de los protagonistas resulta apasionante. Una mujer desubicada en ese remoto rincón de los Estados Unidos, un esposo insatisfecho que vive condicionado por el recuerdo de su padre fallecido en accidente y por la presencia autoritaria de su madre, configuran, junto a la familia mexicana que vive en el rancho y los

temporeros que atraviesan clandestinamente la frontera, un brillante cuadro objetivo de la sociedad rural del sur de California a finales de los años sesenta.
El número 34 de la colección "Club del Misterio" reprodujo en su integridad la edición de "El Séptimo Círculo", con la sóla excepción del título, que aquí es traducido como Más allá hay monstruos
Se ha dicho que los relatos de Millar abordan con finura la psicología femenina. Nada más cierto. En Sólo monstruos vemos a una mujer frustrada en el plano moral y sexual que compite su suegra en la conquista del ascendente sobre un marido que se ve obligado a nadar entre dos aguas. De una parte, agobiado por la responsabilidad de gestionar la herencia de su malogrado padre bajo la mirada atenta de su madre. De otra, consciente de la necesidad de atender a la mujer con la que ha contraído precipitadamente matrimonio y a la que ha transportado súbitamente de un mundo cosmopolita a un entorno rural. En medio de todo ello, su extraña desaparición, de la que su mujer es principal sospechosa. A esta penetración psicológica de la autora se une una incuestionable habilidad narrativa que convierte la lectura de la novela en un placentero ejercicio de evasión. Una lectura que invita a continuar explorando los mundos novelados de Margaret Millar.
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Nacida en 1915 en Kitchener, Ontario (Canadá) y muerta en su casa de Santa Bárbara, California (Estados Unidos) en 1994
[obituario en el New York Times], Margaret Millar fue la esposa del también escritor Kenneth Millar, más conocido por su seudónimo, Ross Macdonald. A lo largo de su vida escribió una treintena de novelas, entre las que se cuenta la celebrada
Iron Gates (1ª ed. en castellano
Las rejas de hierro, Col. "El Séptimo Círculo" nº 105, Emecé, Buenos Aires, 1953).
Margaret Millar
(Cortesía de la New York Public Library Digital Gallery)