Si recorrer las páginas de cualquiera de los libros que integran esa auténtica Biblioteca Mayor del género que es la Série Noire de Gallimard siempre constituye un deleite para el aficionado, aún lo es más cuando el relato escogido reúne, sin excepción, todos los ingredientes propios de un particular estilo de narrar historias que no sólo ha conseguido doblar la esquina del milenio manteniendo una relativa buena salud, sino que parece reverdecer en esta edad de hierro nuestra en la que los estantes de las librerías están tan llenos de autores aclamados como de pésimos narradores, resultando ser unos y otros las mismas personas
viernes, 4 de febrero de 2011
JAMES M. FOX – RENVERSEZ LA VAPEUR!
Si recorrer las páginas de cualquiera de los libros que integran esa auténtica Biblioteca Mayor del género que es la Série Noire de Gallimard siempre constituye un deleite para el aficionado, aún lo es más cuando el relato escogido reúne, sin excepción, todos los ingredientes propios de un particular estilo de narrar historias que no sólo ha conseguido doblar la esquina del milenio manteniendo una relativa buena salud, sino que parece reverdecer en esta edad de hierro nuestra en la que los estantes de las librerías están tan llenos de autores aclamados como de pésimos narradores, resultando ser unos y otros las mismas personas
lunes, 26 de octubre de 2009
SÉRIE NOIRE: WILLIAM ARD - JOURNAL D'UNE SAUTERELLE

Couverture d'un exemplaire de The Diary en format poche, publié par Popular Library Paperback de New York en 1953. L'illustration est beacoup plus prudente que celles qui vont paraître plus tard dans des livres du même auteur de la même éditorial.
Je vous quitte ici, tout en vous laissant la curiosité de connaître la suite d'un récit que tient sa dose d'émotions, un certain suspense et, qui plus est, un excellent cast de jolies filles aux curves séduisantes prêtes à répandre ses charmes dans le quatre coins de la mansion du milliardaire Mr. Rebow. Dans le style le plus hard-boiled du début des années cinquante, The Diary dégage du parfum charactéristique des meilleurs récits du genre. William Ard

Affiche publicitaire de la version espagnole du film d'Alfred Hitchcock, La Corde (1948), dont la campagne de promotion fut menée par William Ard, à l'époque employé de la Warner Bros.
William Ard (1922-1960) signa quelques romans avec son nom authentique, bien que dans d'autres il préférera d'utiliser des noms de plume tels que Ben Kerr, Mike Moran, Thomas Wills et Jonas Ward, ce dernier dans la série de récits consacrés à l'aimable héros de ses westerns, Buchanan, auquel il va consacrer un très large nombre de narrations. Lou Largo et Danny Fontaine furent d'autres personnages crées par la plume de William Ard. Avant que le succès vienne, il gagnait sa croûte comme publiciste de la Warner Bros., où il fut responsable de mener la campagne de promotion du film Rope (La Corde, 1948) d'Alfred Hitchcock.
© Acotaciones, 2009, por la traducción y el texto original

jueves, 15 de octubre de 2009
MIKE ROSCOE - UNE TARTINE DE DÉCONFITURE


Cartel de La môme vert-de-gris (Bernard Borderie, 1953), basada en la novela de Peter Cheyney Poison Ivy (1937), con la que se inauguró la colección "Série Noire" de Gallimard. Fue traducida en castellano como Lemmy Caution.
Tanto hubiera dado que comenzásemos por éste libro que hoy presentamos como por cualquier otro, pues el resultado hubiera sido el mismo. La gran mayoría de los títulos de la colección son novelas cuya trama relativamente compleja y ritmo narrativo trepidante hacen las delicias del aficionado. Eso sí, el uso indiscriminado, pero indispensable, del argot por parte de los autores, obliga al lector a estar familiarizado con términos tales como bourrique, came, clebs, clope, gnôle, flingue, grisbi, macchabé, nigaud, piaule, schnouf, taule, valser, zigoto, zigouiller, por citar algunas de esas sonoras, vulgares, callejeras y bellas palabras de las que la lengua de Racine esta trufada. Bajo el seudónimo "Mike Roscoe", se esconden en realidad dos

Portada de la edición en tapa blanda (Signet Books) de Slice of Hell (Crown Publishers, New York, 1954), tercera de las novelas que componen la serie dedicada por Mike Roscoe al detective Johnny April.
© Acotaciones, 2009