En recuerdo de Sisinio Martínez, mi tío, gran aficionado a los toros y ávido lector de novela popular, con el afecto de su sobrino, a quien no llegó a conocer
Curiosidades de un tiempo ya pasado para unos, objetos de colección para otros, materia de investigación para estos, fetiches nostálgicos para aquellos, refugalla en forma de papel -finalmente- para la mayoría, las novelas populares tienen por encima de todo una gran virtud que casi nadie les podrá negar.