¡NUEVO! BIBLIOTECA ORO ROJA nº 27, COLECCIÓN MOLINO (I) nos. 19 y 23, MAUCCI VIAJES Y AVENTURAS nº 6

DON PABLO MOLINO Y EL SECRETO DE LA ETERNA JUVENTUD

A lo largo del último período de lo que suelo llamar "vacaciones profesionales", es decir, semanas de trabajo en países más o menos exóticos, casi siempre lejanos y escasamente desarrollados, quise aliviar la presión del momento poniendo por escrito el sumario de algunas deudas pendientes. De vuelta a los cuarteles, en este caso de verano, como quien tira una moneda al aire, consideré que valía la pena echar un vistazo a las andanas de la zona más popular de mi biblioteca antes de tomar una decisión. El caso es que mi mirada se detuvo en unos anaqueles que sostenían varias filas de libros cuyos lomos, de llamativo color rojo, parecían querer atraer mi atención. A su lado, unos pocos compañeros vestían la impudicia de su tela inglesa (u holandesa, que también por ese nombre es conocida) con unas guardas, por fortuna conservadas, en cuya lomera aparecían, en mayúsculas, las iniciales "EJ". Los más aficionados con toda seguridad ya lo han adivinado, se trataba de la colección "Obras Maestras" de la barcelonesa editorial Juventud, con su casi gemela "Novelas Modernas". De éstas pasé inmediatamente a su popular, que no populachera, hermana "La Novela Azul" y de ella a los pocos ejemplares que poseo de su ilustre predecesora, la colección "Aventura". Al darme la vuelta, me topé con la estantería en que descansan plácidamente los provectos ejemplares de la "Biblioteca Oro", de la editorial Molino. Juventud... Molino... duelo de titanes. ¡Pero cómo no pude haber caído antes! ¡Y yo me considero un aficionado al misterio! La idea estaba clara... ¡El secreto! ¡Hablaría del secreto!

Comencemos por el principio. Allá por el año 1923 se funda la editorial Juventud, pero a los efectos de nuestro negociado de hoy la fecha importante es 1925. En efecto, en aquel año, Juventud lanzará la importante colección "Aventura" (no se confunda con "La Novela de Aventuras", de la editorial Iberia, ni con "La Novela Aventura", de Hymsa), que pasará a la historia de la novela popular española por muchas razones, entre ellas por el hecho de haber sido quien publicara las buscadísimas obras del ingeniero y contable Jesús de Aragón, autor entre otras de 40000 kilómetros a bordo del aeroplano "Fantasma" , o por haber tenido como portadista e ilustrador a Longoria, artista de gran estilo. Casi al mismo tiempo, la editorial de la calle Provenza ofrecerá al lector la colección "Grandes Autores", mayoritaria, pero no exclusivamente, compuesta por obras de James Oliver Curwood, Peter B. Kyne y Zane Grey. Ambas seguían la estela de éxito de "La Novela Rosa", con la que se había dado a conocer la editorial en el segmento de la novela popular. Estos comienzos de la editorial son tratados con profusión y detalle en la primera parte de la magnífica tesis doctoral que lleva por título Les edicions infantils i juvenils de l'editorial Joventut (1923-1969) de la que es autora Mónica Baró Llambias, de la Universidad de Barcelona y cuya lectura recomiendo vivamente (está disponible en la web de esa universidad) ya que se trata de una contribución excepcional en medio de un panorama, como el español, en el que la literatura popular como sujeto científico se halla en la más absoluta incuria. Más tarde, en 1934, Juventud lanzará al mercado una nueva colección "La Novela Azul", inspirada tanto en el nombre como en la presentación de sus portadas y, hasta cierto punto, en sus contenidos, en el célebre magazine norteamericano "Blue Book". "La Novela Azul" entrará en competencia con la "Biblioteca Oro", de Molino, lanzada tan solo un año antes. Particularmente con su serie "Azul" (siempre el azul), pero también con la serie "Amarilla", pues al lado de los mencionados Curwood, Kyne y Zane Grey, figurarán importantes firmas del género de misterio, como Leslie Charteris o Edgar Wallace. A diferencia de la colección de Molino, "La Novela Azul" no seguirá publicándose después de terminada la guerra.

Aunque a ambas colecciones les separan ciertos detalles, el mercado al que se dirigían era esencialmente el mismo. El público que compraba en los quioscos "La Novela Azul" se encontraba un ejemplar con una sola novela, al igual que su competidor, pues Molino no comenzaría a introducir complementos hasta después de la guerra, momento en que tuvo que recurrir a textos que no alcanzaban a cubrir los seis pliegos que formaban la publicación. En ambos casos las cubiertas eran a color, pero la de Juventud era de papel más grueso. En el interior, más diferencias. Juventud usaba papel de mayor gramaje y las ilustraciones de interior estaban a dos tintas. Finalmente, el precio de "La Novela Azul" fue, desde el principio, ligeramente superior: una peseta contra los noventa céntimos de la "Biblioteca Oro". Juventud optó por añadir a los números corrientes (cuarenta y nueve en total) dieciocho números extraordinarios, entre ellos tres "tarzanes", que incluían el soberbio "Tarzán en el centro de la Tierra". En suma, detalles que acaso pudieron influir en el hecho de que, tras el conflicto, "La Novela Azul" dejara de publicarse. Pero hay algo más que detalles. A la hora de comparar ambos proyectos editoriales y analizar su salida al mercado español de la novela popular en los años treinta es preciso tener en cuenta lo siguiente. En primer lugar, que Don Pablo del Molino fue accionista al cincuenta por ciento de la editorial Juventud desde 1932, año en que le son traspasadas las acciones de su madre, Doña Concepción Mateus, fundadora de la editorial junto con los dueños de la Sociedad General de Publicaciones, Julio Gibert y José Zendrera. A partir de ese momento Don Pablo pasa a ser subdirector de Juventud, con el señor Zendrera como Director. En 1933, Don Pablo se separa de la sociedad para fundar la suya propia con el éxito que ya conocemos. Todas estas informaciones son citadas por Mónica Baró a partir de los contenidos, hoy desaparecidos, de la web de la editorial Molino. No obstante ello, la entrada "Editorial Molino" de Wikipedia, firmada con las iniciales de Luis Antonio del Molino Jover, ofrece idéntica información, pero amplía los detalles en torno al origen de la separación, tras el traspaso de las acciones de Doña Concepción:

"Esta asociación se mantuvo durante unos años con sus altos y bajos, pero finalmente se rompió por la insistencia de Pablo del Molino en hacer un tipo de novela más popular que la que estaba haciendo en aquellos momentos Juventud. Finalmente, en 1933, Julio Gibert propuso en un arbitraje que la familia Zendrera comprara las acciones de los Molino y que éstos se separaran y pusieran su propia editorial, en la que publicaron sus primeros libros en el último trimestre de 1933 en que dieron comienzo sus actividades."
Hasta aquí, las autorizadas palabras del último de los Molino vínculado a la administración de la empresa (la editorial fue vendida en 2004 al grupo RBA) que vendrían a confirmar el hecho de que Juventud terminó por seguir los pasos de su antiguo accionista, después de haber rechazado sus ideas al respecto del mercado potencial existente para una nueva colección de novela popular en el formato pulp que poco más adelante tendría tanto éxito. Al margen del testimonio ofrecido por Don Luis Antonio del Molino sólo podemos hacer conjeturas al respectoEn primer lugar ha de tenerse en cuenta que Juventud contaba con bastante experiencia en el formato popular con "La novela Rosa" y con la colección "Aventura", cuyo precio, que no figuraba en todas las portadas, era relativamente asequible (una peseta), pero que ciertamente estaba todavía anclado en la filosofía del folletín, ya que muchos de los títulos estaban serializados en dos y hasta en tres entregas. "La Novela Azul", ofrecerá, como hemos dicho, una novela completa en cada entrega y el precio, de nuevo una peseta, figurará ostensiblemente en la portada. Como quiera que fuese, la idea de las tres series, una imitando a los "gialli" de Mondadori, otra al "Blue Book" y una tercera, en realidad la que llevaba el número uno, en un color rojo que causaría confusión con la "Colección Molino" y desaparecería tras la reunificación, era sencillamente brillante. Al diseñar tres productos en la misma colección se hacían economías de escala (maquetado, impresión, distribución). Al estar "personalizados", diríamos hoy, no se harían la competencia unos a otros (Mondadori lo sabía bien). Finalmente, en lugar de una, se venderían tres o cuatro novelas en un corto espacio de tiempo, dependiendo de la periodicidad, primero deecenal, luego quincenal, más tarde mensual.

No se si todo esto estaba en la cabeza de Don Pablo y no les entraba en la suya a sus socios en Juventud. En todo caso, la idea de un nuevo formato editorial, que creaba a su vez un nuevo mercado, es probable que estuviera algo más que flotando en las oficinas de la calle Provenza, como también es probable que en la separación tuviera que ver asimismo el hecho de que los "altos y bajos" a los que hace referencia Don Luis Antonio habían alcanzado entonces un nivel por encima de lo aceptable para las partes. Una sóla cosa es cierta, la separación se produjo y Don Pablo dio en la diana, batiendo no sólo a Juventud sino también a otro fuerte competidor, la también barcelonesa Hymsa, que saldría asimismo a finales de 1933 con "La Novela Aventura" de la mano de Sintair y Steeman, Simenon y los distintos autores que daban vida a Sexton Blake, entre otros. Y digo batiendo sin tener datos objetivos sobre la mesa, ya que en la época no existían cifras oficiales de difusión, aún menos para este mercado. Tan sólo me baso en el número de ejemplares que han sobrevivido de unas y otras colecciones, cuya relación para el período 1933-1937 es aproximadamente de tres a uno a favor de la "Biblioteca Oro", si bien es cierto que Molino mantenía tres series bajo esa denominación. En suma, aquél día de 1933 debió de ser una jornada dura para ambas partes, pero sin duda marcó un hito en la historia de la cultura popular hispana.

Don Pablo dio en la diana y de paso se llevó consigo el secreto de la eterna... juventud.



© Acotaciones, 2009

1 comentario:

El Abuelito dijo...

Gran entrada... si lo sabía, no recordaba en absoluto que Pablo Molino viniese de Juventud... y ese tipo de información me interesa mucho (sin que sepa muy bien el motivo)