Diómedes de Pereyra, El valle del sol, Araluce, Barcelona, 1934
En su vagaroso caminar, tan alejado de las sendas batidas de la literatura convencional, la vida de un lector de folletines está llena de hallazgos sorprendentes. Tan sorprendentes e inesperados como el que hoy les traigo, ni más ni menos que un producto cultural al que me atrevo a calificar de único.