Sobrecubierta de la primera edición de Lost Horizon, (Mc. Millan & Co., London, 1933). Un ejemplar de esta edición príncipe se está subastando en internet, ahí es nada, con un precio de salida de 12,000 dólares
Esta aventura, si de aventura en sentido estricto puede calificarse
Horizontes perdidos, fue publicada por primera vez en su idioma original como
Lost Horizon (McMillan and Co., London, 1933), y llevada al cine por
Frank Capra en 1937, con la actuación estelar de
Ronald Colman en el papel de Conway. Digo ésto porque
Horizontes perdidos tiene mucho de aventura, es cierto, pero también de narración fantástica y de novela romántica, al tiempo que viene asimismo a engrosar el amplio censo de libros dedicados al tema de la utopía social desde que
Tomás Moro llamara
Utopía a la isla que alberga la sociedad ideal descrita en su célebre ensayo.
Tras una breve introducción retrospectiva, narrada por un testigo circunstancial de la aventura de Conway, el relato da comienzo en mayo de 1931, en la ciudad China de
Baskul, existente sólo en la imaginación de Hilton, cuyo

aeródromo hierve con el ir y venir de una muchedumbre que huye despavorida ante el flagelo de la revolución que asola el país.
Portada de la edición de bolsillo de Lost Horizon (Pocket Book no.1, Simon & Schuster, New York, 1939). Para algunos, el primer libro de bolsillo de la historia. Aunque no fuera así, a la vista de la maravillosa portada envidio a quienes, sin darle mayor importancia, se hicieron entonces con la novela: ¡qué 25 centavos tan bien invertidos!
Al frente de un grupo de extranjeros, el cónsul británico Hugh Conway está encargado de evacuar a los súbditos de Su Majestad, con instrucciones precisas de transportarlos a la ciudad de Peshawar, en aquel entonces perteneciente al Imperio Británico. El último avión, en el que viaja el propio Conway en compañía de los últimos occidentales en ser evacuados, despega en medio de la ira de los indígenas, con un misterioso personaje a los mandos del aeroplano, que subrepticiamente se ha colado en la cabina del avión, sustituyendo al piloto previamente anunciado por radio. Los pasajeros pronto descubren que el avión está volando a gran altura y que, además, ha cambiado el rumbo acordado... No narraré aqui el resto de las vicisitudes de nuestros protagonistas para no privar a nuestros seguidores del placer de ver o leer Horizontes perdidos, tan sólo mencionaré que su destino final no será otro sino Shangri-La, el misterioso valle en que se desarrolla el núcleo de la peripecia imaginada por James Hilton. La excelente traducción española, a cargo de H.C. Granch (seudónimo de Enrique Cuenca Grancha) va acompañada de una memorable portada de Juan Pablo Bocquet, autor también de las ilustraciones interiores, algunas de ellas ciertamente inspiradas en escenas de la película.
Ilustración de cabecera de la edición española de Molino, a cargo, como la portada, de Juan Pablo Bocquet. Deléitense con el resto de ilustraciones interiores que figuran al final de la entrada
Una escena de la pélícula, en la que Conway escucha pacientemente lo que el decrépito Gran Lama tiene que decirle
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Horizontes perdidos (1937) una gran película que no deben perderse
James Hilton, escritor británico nacido en 1900 y muerto en 1954, es conocido mundialmente como el autor de Horizontes perdidos, novela de la que se dice es el primer libro publicado en edición de bolsillo (Pocket Book no.1, Simon & Schuster, New York, 1939), aunque se trata éste de un asunto verdaderamente controvertido. Además de la película de Frank Capra, Horizontes perdidos fue llevada al cine en 1973 por Charles Jarrot, con Peter Finch y Liv Ullmann en los papeles protagonistas. Hilton escribió algunos otros bestsellers, como Goodbye Mr. Chips! (¡Adiós Mr. Chips!) que también fue llevado al cine y al teatro en varias ocasiones. Como curiosidad, sirva señalar a los aficionados, en particular los más pudientes, que un ejemplar en perfecto estado de la primera edición de Lost Horizon puede encontrarse en una subasta por internet, al nada módico precio de salida de 12,000 dólares.
Ilustraciones de Bocquet para Horizontes Perdidos (Biblioteca Oro no. 287)
Conway y Mallinson tratan de repeler a la turba que desea impedirles salir pitando de la convulsa Baskul
La misteriosa lamasería de Shangri-La se ofrece a la atónita vista de los aventureros...
Tratados a cuerpo de rey por el enigmático Chang, pero con la mosca detrás de la oreja ante tanta solicitud...
No podía faltar una atractiva mujer al lado del héroe: además ésta toca el piano...
El Gran Lama vela por su sucesión: los tejemanejes de la política siempre presentes, hasta en la remota e idílica Shangri-La