¡NUEVO! BIBLIOTECA ORO ROJA nº 27, COLECCIÓN MOLINO (I) nos. 19 y 23, MAUCCI VIAJES Y AVENTURAS nº 6

LA NOVELA ROSA - ANTONIO GONZÁLEZ LEJÁRRAGA

Antonio González Lejárraga, La Novela Rosa, Colección "Literatura Breve", Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid, 2011, 343 páginas, con prólogo de Alberto Sánchez Álvarez-Insúa.

En los comentarios a la entrada anterior se hacía referencia a la escasez de estudios en nuestro país dedicados a la novela popular en sus diversas manifestaciones. Como si hubiera querido sacarme de mi pesimismo, Antonio González Lejárraga me acaba de enviar un ejemplar de una obra a la que ha venido dedicando sus esfuerzos en los últimos tiempos. Se trata de un completo estudio sobre una de las colecciones de novela popular más importantes publicadas en España, La Novela Rosa de la editorial Juventud, que desde su nacimiento en 1924 hasta su desaparición después de la guerra civil, constituyó una referencia fundamental de su entretenimiento para buena parte de las lectoras españolas de una generación, sobre todo si se tiene en cuenta, entre otros datos que apoyan esta tesis, la enorme difusión que dicha colección llegó a obtener. En efecto, el propio editor anunciaba en su catálogo de diciembre de 1935 que la ventas de La Novela Rosa ascendían a la fabulosa, para entonces como para ahora, cifra de cuatro millones de ejemplares. Como quiera que sea, La Novela Rosa merecería pasar a la historia de nuestra literatura popular por el simple hecho de haber dado nombre a todo un género, en otros países -y hasta entonces en España- conocido como "novela blanca", si bien muchos de los títulos incluidos en la colección no entrarían plenamente dentro del canon establecido para la literatura correcta, a veces ñoña y casi siempre edulcorada, dirigida de manera particular al público femenino durante el período de entreguerras. Al mismo tiempo, La Novela Rosa debería ocupar un lugar preferente en el contexto de las colecciones de novela popular en razón de otra circunstancia, la de haber servido de medio de difusión para la obra de muchas escritoras nacionales cuyo oficio y calidad en el arte de narrar tan sólo ahora está empezando a ser reconocido, gracias a trabajos tan necesarios y oportunos como el de Antonio González Lejárraga. Entre ellas es  preciso destacar a Concha Linares Becerra, Maria Mercedes Ortoll o Julia Mélida, quienes publicaron un gran número de novelas dentro de la colección. Por otra parte, La Novela Rosa, fue campo abonado para autores popularísimos en su época, como Rafael Pérez y Pérez, Juan Aguilar Catena o Juan Francisco Muñoz y Pabón. Por su parte, la nómina de autores extranjeros presentes a lo largo de la colección incluye a escritoras francesas de renombre en el género como la Guy Chantepleure (seudónimo de Jeanne Violet), Zénaide Fleuriot, Berthe Bernage o Eveline Le Maire, a las que se unen otras en lengua inglesa, tales como Ruby Ayres, Florence Barclay, Concordia Merrel (seudónimo de Phyllis Logan),  Grace Livingston Hill, Louise May Alcott, la Baronesa de Orczy, Berta Ruck o Jean Webster.

Gregorio Martínez Sierra, Tú eres la paz, E-299
Número Extraordinario de La Novela Rosa, 1 de enero de 1936, portada de Bocquet
(imagen  procedente de Todocolección)

El libro, publicado dentro de la colección "Literatura Breve" del Centro Superior de Investigaciones Científicas, contiene un estudio introductorio en el que el lector podrá familiarizarse con los hechos fundamentales que estuvieron detrás del lanzamiento de la colección. Un lanzamiento que vino determinado por la convicción a la que su director y propietario, Don José Zendrera, había llegado respecto a la existencia en la España de los años veinte -al igual que en otros países, fundamentalmente Francia e Inglaterra- de espacio editorial suficiente para un nuevo mercado que iría destinado específicamente al lector femenino. Prosigue el estudio con un capítulo consagrado a la conformación del catálogo de La Novela Rosa, seguido de otros dos dedicados a explicar las vicisitudes seguidas por la misma a partir del desencadenamiento de la guerra civil  y hasta su total desaparición durante la postguerra. Más adelante, el autor se adentra en el análisis de los autores que formaron parte de la colección, así como el de sus ilustradores, que más que todo fueron portadistas, ya que La Novela Rosa no se concibió como una colección ilustrada. A las figuras señeras de un José García de Longoria, un Juan Pablo Bocquet  o un José Narro, se suman las de otros muchos artistas, menos conocidos pero de un nivel medio de calidad más que aceptable, que, en palabras de Antonio González Lejárraga, hicieron de La Novela Rosa "de todas las colecciones de novelas  publicadas en España antes de la guerra, la mejor en su concepción formal".

Acuarela original de Longoria para la portada del número 313 de La Novela Rosa,
Almas generosas, de María Mercedes Ortoll, publicado el 15 de mayo de 1937
(colección EM)

El volumen no incluye láminas a color, lo que impide gozar de las hermosas portadas de la colección, pero contiene, por el contrario, imágenes de frontispicios, colofones y capitulares debidos a la pluma de grandes ilustradores del momento que nos permiten apreciar el elevado nivel técnico y artístico exigido por el editor para una, siempre modesta, colección de novela popular. Corona la publicación un catálogo exhaustivo de La Novela Rosa, al que el autor a tenido la paciencia de añadir los comentarios  y notas biográficas aparecidos en su momento en cada uno de los números de la colección. Este catálogo ampliado será, sin lugar a dudas, de enorme utilidad para aficionados y coleccionistas, pues en el encontrarán una referencia minuciosa y contrastada a cada una de las novelas publicadas.

Juan Aguilar Catena, Un cariño al cuatro por ciento, NE-125
Nueva Edición de la Novela Rosa, aparecida en la postguerra
(imagen procedente de Todocolección)

En suma, damos la bienvenida a esta nueva obra, debida a la pluma Antonio González Lejárraga, especialista de la ilustración y la literatura popular españolas, que pasa a engrosar el acervo, limitado pero selecto, de trabajos dedicados a ahondar en una parte esencial de nuestro patrimonio cultural y a abrir nuevas perspectivas a otros estudiosos y conocedores.  De este modo, poco a poco, se va incrementando el corpus de conocimientos sobre éste que yo acostumbro a denominar arte menor pero que, por muchos conceptos, lo es mayor en la medida en que tiene la virtud de reflejar de manera extraordinaria la auténtica dimensión histórica, sociológica y cultural de toda una época: la edad dorada de la novela popular.


© E. Altés, 2011

8 comentarios:

Sap dijo...

Pues qué pena, Sr. Pulp, que la más famosa representante del género, la sr. Tellado, no recogiera el testigo de la calidad de sus antecesoras/ores.

Lo digo porque para sostener una opinión sobre determinado libro me vi en la obligación de leerme varias obritas (de distintos años y estilos)de la célebre Corin.

Qué desastre, oiga. Aquello era malo de cojones, malo sin ambages. Ilegible. Aburridísimo y risible.

Saludos.

E. Martínez dijo...

Se le saluda Sr. Sap. Esas lecturas obligadas que menciona debieron ser espantosas... No he leído mucha literatura rosa, pero efectivamente Jean Webster o Anita Loos son igual de legibles hoy que ayer, es decir, bastante. A Corín Tellado le ocurre lo mismo que a Marcial Lafuente con Mallorquí: no aguantan la comparación.

donjorge dijo...

¡Qué buena noticia! Un nuevo libro que pasa a engrosar nuestra exigua bibliografía sobre la Novela Popular española. ¡Gracias Antonio! Y espero que sigas publicando otros trabajos, sobre las novelas de la Editorial Juventud, que tan bien conoces.
Estamos también a la espera de la aparición de otro trabajo, esta vez sobre la querida Biblioteca Oro, de la Editorial Molino, tristemente desaparecida, que Fernando Eguidazu ha preparado también para el CSIC.
Y si el amigo Charlo, consigue rematar su Catálogo de la Novela Popular, sería un año glorioso para los viejos aficionados.
Saludos cordiales,
Jorge

Joaquín Huguet dijo...

Indescriptible Rafael Pérez y Pérez con su “Madrecita buena” y “Currito de la Cruz”, lecturas ejemplares para jovencitas, para castos oídos y pías costumbres. Aprecio, amigo Altés, que hayas reseñado las novelas rosa, ya que entre las pulp destacan siempre las novelas tipo Doc Savage o los tebeos de aventuras. Supongo que si un escritor como Vargas Llosa dedicó un estudio a la obra de Corín Tellado es porque este género tiene algo que decir. De hecho, algunas de estas escritoras aún sobreviven hoy en día como Luisa María Linares o la autora de “Mujercitas” (a fin de cuentas el origen de este género hay que rastrearlo en las novelas pastoriles, y muchos de los episodios del Quijote responden a los tópicos del género). Tanto Luisa María Linares como Louise May Alcott han disfrutado de versiones cinematográficas, lo que ya habla por sí mismo. Los críticos dirán que son esquemáticas o sensibleras, tal vez; pero también pecan de estos defectos los otros géneros populares y, no obstante, han encontrado su hueco en las bitácoras. Ya era hora, pues, de que alguien las recordara.

E. Martínez dijo...

Don Jorge,es magnífico que el CSIC haya tomado la iniciativa de incluir, junto a las ediciones tipo La Novela Corta o La Novela de una Hora, colecciones como La Novela Rosa o, esperemos que muy pronto, nuestra querida Biblioteca Oro. El trabajo de Antonio es excelente. Ahora sólo queda que alguno de los coleccionistas que poseen la colección pueda colocar en internet las portadas de La Novela Rosa, verdaderas obras de arte muchas de ellas.

Joaquín, coincido contigo en lo oportuno del libro de Antonio, así como en la importancia del género dentro de la literatura popular. Es cierto que la colección esconde buenas narraciones, en medio de otras (es inevitable) de menor calidad. En mi infancia leí Papaíto piernas largas, de la que guardo un estupendo recuerdo (asociado en el tiempo, por cierto, a la lectura de Heidi y de El maravilloso viaje de Nils Holgersson a través de Suecia, que ningún lector -joven o maduro- debería perderse).

A todo esto, aprovecho la ocasión para dejar indicado lo que Antonio me escribe en un correo respecto a los puntos de venta del libro:

La forma más segura para hacerse con el libro es la Librería del CSIC que está en la calle de Jesús de Medinaceli, de Madrid, detrás del hotel Palace. Supongo que en la Librería de Marcial Pons de la Plaza de Conde de Valle Suchil, también lo tendrán o al menos lo podrán conseguir. Ya sabes que este tipo de libros no tienen una distribución "muy normal".

Muchas gracias por vuestros comentarios, que hago extensivos al autor.

Un saludo

andres dijo...

Me sumo a las felicitaciones para cualquier obra que aumente el muy exiguo catalogo sobre cultura popular (o si se quiere mejor, cultura de masas) con que contamos. Quedo pendiente de ese trabajo sobre Biblioteca Oro, sobre el que aceré en cuanto tenga noticia de su aparición.
Respecto a la distribucion ya contamos con que será muy mala. Si a través de Internet es posible comprarlo, por favor facilite alguna dirección.

WOLFVILLE dijo...

Toda obra de ensayo destinada a promover el estudi de la novela popular es siempre necesaria y bienvenida. ¡Mire su blog sin ir más lejos, caballero!

Por cierto que observo que obstenta en favoritos mi primero (y ya quebrado gracias a blogspo) carnaval, así que si gusta actualizarlo con mi nueva y flamante bitácora estaría más que honrado.

Un saludo!!

E. Martínez dijo...

Ahora mismo lo actualizo Sr. Wolfville y, querido Andrés, siento no poder darte ninguna dirección en internet, pero puedo escribir al autor e intentar que te envíe un ejemplar.